lunes, 11 de julio de 2011

José Milla y Vidaurre


José Milla y Vidaurre

(4 de agosto de 1822- Ciudad de Guatemala, 30 de septiembre de 1882) fue un escritor guatemalteco del siglo XIX, considerado uno de los fundadores de la novela en la literatura de su país natal; en especial, él destacó en la narrativa histórica. También conocido como Pepe Milla, firmó algunos de sus libros con el anagrama Salomé Jil. Nació en una familia bien establecida, probablemente propietaria desde la época colonial de heredades en el actual departamento de Jutiapa. Su padre, nacido en Honduras (entonces parte de la Capitanía General de Guatemala), ejerció las armas. Durante su juventud, vio los múltiples conflictos que la recién independiente Guatemala debería afrontar por las pugnas entre liberales y conservadores; no ejerciendo protagonismo político, no obstante, propugnó cierta afinidad al partido conservador, de tendencia absolutista y negado a reformas, probablemente por la clase social de la que provenía y por su ascendencia española sin mestizaje, símbolo de poder en una sociedad de castas altamente excluyente. Inició sus primeros estudios en el Colegio Seminario, y luego en la Escuela de Derecho de la Universidad de San Carlos Borromeo. Dejó las ciencias jurídicas para seguir su inminente vocación, la literatura, en la que habría de ser prolífico autor de muchos libros. Desempeñó varios cargos en el gobierno conservador del dictador vitalicio Rafael Carrera (con quien primeramente discrepó); entre ellos, secretario de la Hermandad de Caridad del Hospital General de Guatemala, oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores y subsecretario general. Fue también un destacado periodista y colaboró en medios como La Gaceta Oficial y La Semana. Casado con una pariente, descendencia suya se uniría a la hija del primer gobernante de las dictaduras liberales, Miguel García Granados, conformando así una típica familia en la línea de la endogamía colonial del país. A él se debió, en gran medida, la reconsideración de la obra del poeta José Batres Montúfar, de recuerdo relegado aun en el entorno nacional del momento. Al caer el gobierno conservador, en el año 1871, viajó por Europa y Estados Unidos, visto con desconfianza por el nuevo régimen liberal. En París, Milla fue redactor de "El Correo de Ultramar". Por entonces, escribió Un viaje al otro mundo pasando por otras partes, en el que aparece uno de sus más conocidos personajes, Juan Chapín, representación del guatemalteco medio. Milla destacó siempre en los escritos de ámbito costumbrista, como Memorias de un abogado, tal vez una de las novelas mejor logradas. En el periódico La Semana, del que fue director, publicó sus Cuadros de costumbres, al igual que sus novelas La hija del Adelantado (1866), Los nazarenos (1867), El visitador (1867) y El libro sin nombre. Con esos textos, se le elogiaría como uno de los principales escritores de novelas históricas del siglo XIX en Hispanoamérica, cuando el género por las influencias románticas, gozó de gran popularidad entre el público decimonónico. En la mayoría de sus escritos retrató la Colonia y la idiosincracia de entonces. Asimismo, en sus obras costumbristas mostró una puntual descripción de la sociedad de su tiempo. Autor también de la leyenda en verso Don Bonifacio (1862) y de una Historia de la América Central, desde su descubrimiento hasta su independencia (1879), escrita a sueldo por petición del caudillo liberal Justo Rufino Barrios.

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